Participación Escolar

¡Buenas! En la entrada de hoy vamos a hablar sobre la participación en las aulas, tanto desde el punto de vista de los alumnos como desde el punto de vista de los docentes. 

La participación en la educación es algo fundamental, ya que por un lado esta implicación muestra un interés en la materia y, por otro lado, esto facilita ese proceso de aprendizaje. Pero si es algo tan importante, ¿por qué cuesta tanto fomentarla? ¿Por qué la gente evita implicarse?

En la actualidad hemos podido observar cómo, en general, la gente no quiere participar; es más fácil, más cómodo, no implicarse. Esto es algo bastante desaconsejable puesto que una mayor implicación derivará en una tasa de éxito más alta, en todos los aspectos. Por estos motivos debemos buscar formas para fomentar la participación en la educación, desde el punto de vista docente para que las clases sean más entretenidas y amenas y hasta los profesores se diviertan y, desde el punto de vista de los alumnos para que su aprendizaje sea más completo y útil. 


Así pues, ¿cómo podemos fomentar la participación en las aulas?

Para lograr esto deberíamos abordar la situación desde varios puntos. Deberíamos conseguir que se disfrute con la participación, reforzar el protagonismo de los alumnos y hacer que se diviertan y mostrar el papel clave de los profesores.

Es necesario saber de qué requiere la participación. Entre otras cosas, es necesario el querer (tener motivación e ilusión), el saber (hay que tener ciertos conocimientos sobre el tema) y el poder. Sobre este último es donde más podemos incidir, consiste en permitir espacios y momentos donde la participación esté bien vista y sea algo que se promueva. Sobre el primero, también debemos influir de forma que motivemos a los alumnos y les dejemos con ganas de actuar, de implicarse en el proceso educativo. Tenemos que crearles ganas.

¿Cómo podemos lograr esto?

Creando espacios seguros para la participación. Debemos invitar a los alumnos a participar, evitar comentarios que puedan avergonzarlos y hagan que no quieran volver a implicarse, usar el refuerzo positivo cuando los alumnos están atentos y participativos, etc. Otras cosas que podemos hacer son evitar las clases totalmente teóricas, intentar hacer nuestras clases más dinámicas (la mejor forma de aprender es ser parte del proceso), convertir al alumno en protagonista principal de la clase. 

Hay que reconocer el papel del profesor como facilitador de la participación, no solo como comunicador de la información. Tenemos el poder de mejorar las aulas, usémoslo.

Y vosotros, ¿qué creéis que se puede hacer para incentivar la participación en las aulas?

Os leo. Hasta la próxima entrada ;)

Comentarios

  1. Por mi experiencia la falta de implicación la mayoría de veces no está relacionada con el profesor, sino con el resto de alumnos que se entretienen con los errores ajenos. También a día de hoy se comete el error en algunas instituciones (como en la que estudie yo) de penalizar la falta de colaboración. Creyendo equivocadamente que creará una implicación positiva

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